26 dic 2009

Virtudes del Mes de Muharram y el dia de ´Ashura

Alabado sea Dios, Señor del Universo, y que la paz y las bendiciones de Dios sean con nuestro Profeta Muhammad, su familia y todos sus compañeros.

¡Hermanas y hermanos musulmanes! Sabed que Muharram es un mes grandioso en el cual podéis aprovisionaros de grandes recompensas mediante la realización de obras piadosas. Abu Hurairah narró que el Mensajero de Allah dijo: “El mejor mes para ayunar después de Ramadán es el mes de Muharram, y la mejor oración después de las obligatorias es la que se realiza durante la noche”. Transmitido por Muslim.

En este mes está el día de ‘Âshûra' en el cual ocurrió un suceso grandioso que implicó el triunfo de la Verdad. Ese día Allah salvó a Moisés y a sus seguidores y ahogó al Faraón y a sus huestes. Moisés ayunaba este día en agradecimiento a Allah y el Profeta Muhammad ordenó que nosotros también lo ayunemos. Ibn ‘Abbas dijo: “Nunca vi al Profeta esmerarse en ayunar y recomendar tanto el ayuno como lo vi hacerlo el día de ‘Âshûra' y durante este mes -refiriéndose al mes de Ramadán-”. Transmitido por Al Bujâri y Muslim.
Antes de que se prescribiera el ayuno de Ramadán ayunar el día de ‘Âshûra' era obligatorio, pero luego quedó como un acto voluntario altamente recomendado.
Hafsah dijo: El Profeta jamás abandonó el ayuno de ‘Âshûra', el ayuno del día 10 de Dhul Hiyyah, el ayuno de los tres días de luna llena cada mes y las dos Raka‘at antes de la oración del Fayr”.
El Mensajero de Allah explicó que ayunar ‘Âshûra' expía los pecados cometidos durante un año y dijo: “A quien ayuna ‘Âshûra' Allah perdona sus pecados cometidos durante el último año”.
Abu Qatâdah narró que un hombre le preguntó al Profeta sobre el ayuno de ‘Âshûra' y le respondió: “Yo anhelo que Dios me perdone las faltas cometidas durante el año anterior”. Transmitido por Muslim.
Dios por Su inmensa gracia nos concede la posibilidad de expiar nuestras faltas cometidas durante un año mediante el ayuno de un solo día. Por ello, ¡hermanas y hermanos! aprovechad esta oportunidad y esforzaos por alcanzar esta bendición incrementando vuestro ayuno durante este grandioso mes de Muharram y en especial el día de ‘Âshûra' que es el día 10 de este mes.

La práctica de este ayuno tiene los siguientes grados de recomendación:

1) Ayunar los días 9 y 10, y esto es lo más recomendable ya que el Profeta dijo: “Si el año próximo me encuentro vivo ayunaré el día nueve y el día diez”.
2) Ayunar los días 10 y 11
3) Ayunar los días 9, 10 y 11. El Profeta dijo: “Ayunad un día antes o un día después”.
4) Ayunar sólo el día 10

¿Qué sucedió el día de ‘Âshûra'?

La historia de Moisés con el Faraón comienza cuando Moisés se encontraba en el vientre de su madre, pues fue en ese entonces que alguien le dijo al Faraón: “Nacerá un hijo en el pueblo de Israel que será la causa de tu destrucción y el final de tu soberanía y poder”.
Israel es otro nombre de Jacob el hijo de Isaac hijo de Abraham, y fue él quien llevó a su gente de Sham, la antigua Siria, a Egipto en épocas de José el hijo de Jacob. En aquel entonces eran ochenta personas pero luego fueron creciendo y multiplicándose hasta llegar a seiscientas mil personas en épocas del Faraón.
Cuando al Faraón le fue informado que su soberanía y poder culminaría con la llegada de un hijo del pueblo de Israel decretó asesinar a todos los recién nacidos varones y dejar con vida a las mujeres para prevenir el nacimiento de quien sería su derrota; pero se olvidó que lo que Allah decreta siempre ocurre. Allah dice en el Sagrado Corán: “Y todos los asuntos son como Allah lo dispone, pero la mayoría de los hombres lo ignoran.” (12:21)
El Faraón se empeñó en evitar que este niño naciera y dispuso que personas se encargaran de buscar a las embarazadas y averiguar la fecha en la que darían a luz para sacrificar a todos los hijos varones que nacieran.
Aarón había nacido antes de esta prueba terrible, salvándolo Allah de este modo de la matanza del Faraón.
Moisés, en cambio, cuando su madre quedó embarazada de él trató de ocultarlo en todo momento para protegerlo. Su temor crecía a medida que se acercaba el momento del parto. Cuando dio a luz y supo que era un varón, se angustió enormemente y el temor invadió su corazón; su tristeza por lo que podía pasar fue mayor que la alegría del nacimiento. Pero Allah le inspiró una orden con la cual su corazón se tranquilizaría. Allah dice en el sagrado Corán: “Inspiramos a la madre de Moisés [y le dijimos]: Amamántalo, y cuando temas por él déjalo [en un cesto de mimbre] en el río. Y no temas ni te entristezcas, porque ciertamente te lo devolveremos y haremos de él un Mensajero.” (28:7)
La madre de Moisés obedeció la orden divina, puso a su hijo en un cesto y lo arrojó al río Nilo que pasaba al lado de su casa. Cuando lo puso sobre las aguas del río sintió que con él arrojaba su corazón; su pecho se estrechó y una terrible angustia la invadió. Pero de no haber sido porque Allah infundió en su corazón una fe fuerte y sincera hubiese develado el secreto arruinando así el plan de Allah, tal como dice Allah en el Sagrado Corán: “La madre de Moisés sintió un vacío en su corazón y estuvo a punto de revelar la verdad. Pero afianzamos su corazón [infundiéndole paciencia] para que fuera una verdadera creyente.” (28:10)
La corriente del río transportó el cesto con el niño bajo la protección y el cuidado de Allah hasta llegar al palacio del Faraón y ser recogido por su propia esposa quien al abrir el moisés y encontrar a un niño debilitado, su corazón se colmó de compasión, misericordia y ternura. Fue entonces que Allah le inspiró que exclamase, tal como dice en el Sagrado Corán: “La mujer del Faraón dijo: [Este niño] Será mi alegría y la tuya, no le matéis. Puede que nos beneficie. ¡Adoptémoslo! Y ellos no presentían [que él sería su destrucción].” (28:9) Pues Asiah, la esposa del Faraón, era estéril.
Y “Y ellos no presentían [que él sería su destrucción].” Es decir: dispusimos este plan divino para que ellos mismos y sin darse cuenta recogieran a Moisés, quien se convertiría en un motivo de tristeza para ellos y un enemigo.
Allah escuchó los ruegos de Asiah y la colmó de bendiciones, guiándola a través de Moisés para que se contara entre Sus siervas creyentes y moradoras de Su Paraíso.
Pero este niño rechazaba ser amamantado por lo que Asiah preocupada intentó alimentarlo por todos los medios pero fracasó. La hermana de Moisés que estaba cerca observando la situación, pues su madre la había enviado a seguir los rastros de Moisés para saber cuál era su destino, se adelantó y les propuso una nodriza que podría amamantarlo. Allah dice: “Y le dijo [la madre de Moisés] a su hija: Sigue sus rastros; y ella lo veía de lejos sin que se dieran cuenta. No permitimos que ninguna nodriza pudiera amamantarlo. Dijo [la hermana de Moisés]: ¿Acaso queréis que os indique una familia que puede encargarse de cuidarlo y aconsejarlo para su bien?” (28:11-12)
Llenos de alegría se dirigieron con ella hasta la casa de esa mujer, y cuando la madre de Moisés lo vio, lo tomó en sus brazos abrazándolo fuertemente y lo puso en su pecho con inmensa emoción. Moisés comenzó a mamar rápidamente, y ello sorprendió a Asiah, quien al ver que el niño finalmente se alimentaba se alegró.
Así fue como Allah dispuso que la familia misma del Faraón devolviera Moisés a su madre quien tanto temió por él y que además le pagaran por amamantarlo. Dice Allah: “Y así se lo devolvimos a su madre como nodriza para que se alegrara y no se entristeciera demasiado por la separación, y para que supiera que lo que Allah promete se cumple; pero la mayoría [de los hombres] lo ignoran.” (28:13)
Así pasaron los años hasta que Moisés alcanzó la madurez y Allah le concedió una gran sabiduría y conocimiento por lo que cuando hablaba era escuchado, cuando ordenaba o prohibía era obedecido y cuando intercedía en un asunto su mediación era aceptada. Moisés era el hijo adoptivo del Faraón y un miembro más de su familia. Allah dice: “Cuando se convirtió en adulto le concedimos conocimiento y sabiduría. Así es como retribuimos a quienes son benefactores.” (28:14)
Tiempo después, Moisés fue protagonista de un suceso confuso en el cual mató sin querer a un hombre del pueblo del Faraón, y por temor a que lo ejecutaran decidió huir a la tierra de Madian, donde se refugió y permaneció diez años. Allí se casó, y junto a su familia emprendió el regreso a Egipto. Y fue en ese camino de regreso que Allah lo ennobleció con la profecía y con la revelación. Allí Allah le habló directamente sin intermediarios ni intérpretes y le ordenó dirigirse ante el Faraón con las evidencias y pruebas claras, pero éste se ensoberbeció y lo desmintió. Allah dice: “Pero el Faraón le desmintió y desobedeció. Luego le dio la espalda y continuó corrompiendo la Tierra. Y convocó [a su ejército] y exclamó: Yo soy vuestro Señor supremo.” (79:21-24)
El Faraón declaró que lo que Moisés había traído no era más que simple magia y que los magos que él tenía anularían sus hechizos. Entonces el Faraón reunió a todos los magos de su pueblo y desafió a Moisés. Allah dice: “Y cuando arrojaron [sus cuerdas y varas], dijo Moisés: Lo que habéis traído es magia y Allah la anulará; ciertamente Allah no hace que prosperen las obras de los corruptores. Y Allah asevera la verdad con Su Mensaje, aunque ello disguste a los pecadores.” (10:81-82) “Y le revelamos a Moisés: Arroja tu vara, y anulará lo que hicieron.” (7:117) “Y se evidenció la verdad y también lo vano que habían hecho [porque sólo era una ilusión]. Y fueron allí vencidos [los magos] y quedaron humillados. Y se postraron los magos [al percibir la verdad]. Dijeron: Creemos en el Señor del Universo, El Señor de Moisés y de Aarón.” (7:118-122)
Cuando el Faraón se quedó sin argumentos y su falsedad salió a la luz, recurrió a la fuerza y comenzó a perseguirlos y torturarlos para infundir el temor entre la gente. El Faraón fue un gran opresor que recurrió a todos los medios posibles para evitar que la verdad salga a la luz y trascienda.
Allah envió al Faraón y a su pueblo numerosas pruebas y también numerosos castigos; la inundación, las plagas de langostas, los piojos, las ranas y la sangre. Allah dice: “Y nadie sino Él conoce Sus ejércitos. Esto es motivo de reflexión para los hombres.” (74:31)
Pero todo esto no hizo sino incrementar su soberbia, opresión y enemistad. Allah dice: “Enviamos entonces contra ellos la inundación, las langostas, los piojos, las ranas, y la sangre, como signos evidentes; pero se ensoberbecieron y fueron un pueblo de pecadores.” (7:133)
Cuando la persecución del Faraón y las terribles torturas que infligía sobre Moisés y sus seguidores se intensificaron, Allah le reveló a Moisés que abandonara Egipto, saliendo con su gente de noche para dirigirse a Sham. Pero cuando el Faraón supo de su partida reclutó a hombres de todo su reino y formó un gran ejército para alcanzar a los creyentes y aniquilarlos. Allah dice: “Entonces, el Faraón [al enterarse de su partida] envió emisarios a reclutar hombres a las ciudades. [Diciendo:] Ciertamente ellos [los Hijos de Israel] son sólo unos pocos, y nos han enfurecido. En cambio, nosotros somos numerosos, estamos armados y alertas.” (26:53-56)
El Faraón salió con su ejército en busca de Moisés y sus seguidores y los alcanzaron en el Mar Rojo. Allah dice: “Y cuando los dos grupos se divisaron, los seguidores de Moisés exclamaron: ¡Seremos alcanzados!” (26:61)
Los seguidores de Moisés se aterrorizaron al ver que tenían el mar adelante y el ejército enemigo atrás, pero el Profeta de Allah les dijo con total convicción y fe en Allah que Él no los desampararía. Allah dice: “Dijo [Moisés]: ¡No, no nos alcanzarán! Pues mi Señor está conmigo, y Él me indicará [qué hacer para salvarnos].” (26:62)
Allah le reveló a Moisés que golpeara con su vara el mar y así lo hizo, y entonces el mar se abrió por voluntad de Allah dejando doce caminos para que los creyentes pudieran atravesarlo. Las aguas del mar y las olas se separaron formando enormes murallas por las cuales los creyentes atravesaron felices de contemplar la protección de Allah.
El Faraón y su ejército intentaron seguirles pero cuando Moisés y su gente cruzaron el mar por completo las aguas se unieron nuevamente ahogando al Faraón y a sus huestes. Allah dice: “Le ordenamos a Moisés [diciéndole]: Sal de noche con Mis siervos, y abre [por Mi voluntad] el mar dejándoles un camino de tierra firme [por donde puedan huir del Faraón y sus huestes], y no temas que os alcancen ni tampoco morir ahogados. Y cuando el Faraón y su ejército les siguieron, el mar los cubrió [ahogándoles a todos]. Por cierto que el Faraón extravió a su pueblo, en vez de guiarles.” (20:77-79)
Éste es el destino de todos los enemigos de Allah, y es así como Él castiga a los opresores, desmentidores; y Allah no es injusto con Sus siervos. Allah dice: “A cada uno [de estos pueblos] les aniquilamos según sus pecados. A unos les enviamos un viento huracanado [al pueblo de ‘Âd], a otros les sorprendió un estrépito [al pueblo de Zamûd], a otros hicimos que se los tragase la tierra [Qârûn] y a otros les ahogamos [el Faraón, Hâmân y sus huestes]. Allah no fue injusto con ellos, sino que ellos lo fueron consigo mismos.” (29:40)
Esta historia nos enseña que el triunfo y la victoria siempre son para los piadosos. Allah dice: “La victoria no proviene sino de Allah, Poderoso, Sabio.” (3:126) “Por cierto que socorreremos a Nuestros Mensajeros y a los creyentes en esta vida y también el Día del Juicio cuando comparezcan los [Ángeles] testigos. En ese día no les beneficiarán a los inicuos sus excusas, serán maldecidos y tendrán una pésima morada [en el Infierno].” (40:51-52)
Por otro lado, por más que la mentira se oculte, la falsedad se propague y arraigue en la gente y los opresores crean que nadie podrá destruirlos y quitarles su poder, siempre terminarán humillados, derrotados y aniquilados y la verdad saldrá a la luz.
El Faraón fue el mayor opresor sobre la Tierra, llegó incluso a proclamarse divinidad sin ninguna vacilación. Allah dice: “Dijo el Faraón: ¡Oh, nobleza! No conozco otra divinidad que no sea yo.” (28:38)
También infundió el temor en su pueblo demostrándoles su poder: Allah dice: “Y convocó el Faraón a su pueblo [temeroso que creyeran en Moisés]: ¡Oh, pueblo mío! ¿Acaso no me pertenece el reino de Egipto, con estos ríos que corren bajo mi palacio? ¿Acaso no veis [mi poderío]?” (43:51)
Y denigró al Profeta escogido por Allah para trasmitir Su mensaje. Allah dice: “Yo soy mejor que éste [Moisés], que es una persona indigna y apenas puede expresarse.” (43:52)
Pero cuando el castigo de Allah descendió sobre él, ni su poderío ni su gran ejército pudieron salvarlo. Allah dice: “Entonces, Allah le castigó en esta vida [ahogándolo, para que escarmienten los hombres], y también lo hará en la otra [introduciéndolo en el Infierno]. Ciertamente en ello hay un motivo de reflexión para quien teme a Allah.” (79:25-26)
Este suceso grandioso en el cual los creyentes salieron victoriosos del Faraón y su ejército ocurrió el día 10 de este mes de Muharram.

Que Allah nos bendiga con el Grandioso Corán y nos guíe para que Le temamos como Se merece. Y pido a Allah que perdones nuestros pecados, pues Él es Absolvedor, Misericordioso.

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